Capas remotas
Para flauta y percusión
Introducción
(desde la partitura)
Sonidos sacudiéndose, como perro, la pereza…
Sonidos naciendo, agitándose inconscientes, sacándose la modorra,
el letargo de una vibración demorada…
Sonidos-insecto que abandonan su refugio y vuelan ¿sin rumbo?
¿hacia qué punto que no sabemos?
¿o acaso van con nosotros?
Sonidos que se sacan, como guantes, el silencio y vuelven a perderse, anónimos, en lo informe, en ese murmullo gris, esa espera…
¿Qué quieren?
¿Adónde quieren llegar con esos impulsos casi humanos?
¿o esos otros como brincos salvajes?
¿qué los abarca?
¿qué ley oculta los contiene?
¿Salen solamente a recorrer,despreocupados, el mundo?
…o bien guardan cuidadosos una intención, un secreto,
un mandato divino?
¿Cuándo nacen?
¿copula el sonido con el silencio?
¿qué punto del tiempo los contiene por partes iguales?
¿sobreviven en nosotros?
Lo que nos llega de ellos, ¿es eco, recuerdo,
o la escama misma del sonido?
¿Dónde se derrama ese resto que suena pero que no escuchamos?
¿mueren en ese punto ciego del cuerpo que sin embargo los espera?
¿nos sobreviven?
¿nos beben…?
Una vez que mueren –si es que mueren …qué queda de ellos?
¿o es que vuelan?
¿danzan con el aire?
¿hacen siesta en nosotros?
¿desaparecen?
¿o son eternos?
Capas remotas
(desde el sonido)
Un La regional
como afinando
salido de un punto
insólito del mundo
trémulo, grumoso
creciente, solar
sonámbulo aún,
brotado de lo oscuro
sacudiéndose, dijimos,
como perro,
la pereza…
Repasándose,
alisándose arrugas
prematuras
mordiéndose la cola
de armónico en pianissimo,
huérfanos, ya lejanos,
como saludando en pañuelos
casi hundiéndose en la nada,
un balbuceo tímido
de ademanes sueltos
a la octava, resto,
estela
trémolo
eclipse
reposo…
Un hocico
Si bemol único
y unísono de sí mismo,
desafiando filoso,
húmedo, fresco,
abriendo surcos
cada vez más anchos
al silencio…
bisbigliando…
coloreándose
de sí mismo
Si bemol teñido
y multiplicado,
punta y región
campo magnético,
embudo, nariz,
Si bemol afirmativo
renaciendo,
enmascarándose
con su propia sombra,
aleteando
bisbigliándose como risas
culebreando ahora en semitonos…
¡Colibrí cromado!
¿te abrirás en flor…?
Lombriz del aire
ráfaga lumínica,
estrépito,
creciendo y dudando
desde el niente,
Útero del silencio…
Llanura pura
cansancio repentino
planicie, espesura,
oscura espera,
filtro de la duda
¿pérdida…?
¿Y esos melismas, Si bemol,
que anteponés frenético,
son grito o bostezo,
protesta o mueca?
Dos octavas
de boca desplegada
para volver, ínfima,
a tu cuerpo de nota
repetida, silueta lisa,
esquelética figura
abriéndose microtonal
al desvío leve de los labios…
Lengüeteo irreverente
¿burla o adorno?
disfraz quizás para engañar
a lo oscuro,
para abrirte paso
en la nada, Si bemol…
¡Dragón plateado!
Herido de silencio
hundido
al murmullo
barroso
de un campo
casi-mudo
de batalla…
resonancia,
recuerdo,
¿hablás desde allí
otro lenguaje?
¿escondés al oído
tu perfume?
¿tu llama?
¿dormís?
¿simulás muertes?
Nuevo frenesí incisivo
Si becuadro ensimismado
friulato ínfimo interno
maremoto, marea
martilleo
quietud
y luego…
Rampa semitonal ascendente
en armónicos, glisada
y bañada en ruido blanco,
cobertura incandescente
sobre ella, o debajo quizás,
marimbeando en extremos,
el vacío repetido,
la propia nada preguntando
¿llamada o aviso?
Detrás de ese fulgor contenido
-y no tan lejos- una estela líquida
de placas metálicas humedece
con su brillo de plata el camino:
Vibrafón campeador,
retomás la huella futura
prometiendo soles helados
¿camino iluminado?
¿hacia dónde?
Este presente,
¿es pasado retomado
o futuro por venir,
adelantado, intuido…?
[¿Sabrá Memoria dónde estamos?]
Flauta-Sísifo
volviendo cansina
por su roca,
su densa gota gorda
de La a la octava,
mercurio retomado
pozo y cima
reencuentro
acuerdo…
un brazo perforado de ojos
hila un líquido vidrioso
de pupila dilatada
teje al tiempo
de gordo presente
frazada cromática
gruta acuática
descanso
morada
respiro…
algo va creciendo,
brillando lunático casi
aéreo, hacia lo pleno
decidido a habitar los poros
de esta caverna elíptica
de piel provisoria que somos,
radar que transforma
el todo aire tumultoso
en electro-rayo ya sonido,
sinusoide alterada
sinuosa impredecible
esperada y ya bebida…
[somos ahora de tu viento
el naufragio universal,
y alguna isla, el silencio
que a veces nos recorre…]
Vertiente nocturna
derramándose insomne
en la falda de un silencio verde,
alimenta con si aliento
los pastitos del alma calma,
los peina y los despena
sin vibrato liso y puro
sin nervios ni violencia,
hurgando huecos y aristas
sacándole brillo al tiempo
desde un nítido Do sostenido…
Pocos saben que no es canto tu aliento
sino velo helado
desprendido de un ápice
de querer ser sólo contorno liso
de tiempo demorado…
La Academia te detesta
Do sostenido permanente
Buda pleno,
sólo sola luz inmóvil
soplando para no caer
de tu hilo de esperas,
respiración del tiempo,
en tu embriaguez
de brillo unitario,
quienes pregunan por qué
vuelven a casa solos
y con las manos vacías…
Sólo cabe seguirte,
las soledades mudas del mundo
vienen a morir a tu astro,
tu brillo húmedo
despierta cipreces
aplomados…
Astillas nítidas de instantes
golpean en esa región
donde madera se hace oscura roca
canto rodado en el canto irregular
alterado de un algo como grillo
frenético-cromático,
violento a veces,
como contando en sobresaltos
fragmentados un arcano,
zapateo shamánico percusivo
sobre un suelo ardiente
de flauta volcánica,
lava helada,
tu aliento,
en nosotros ya roca,
nos inunda…
…..
La nada corta el acto
con su filo agudo de silencio
brota carnosa y renovada
la duda…
sabés flauta
que debés reinventarte,
ser fruta nueva permanente…
[por un momento los golpes
detienen, parece, al tiempo
demorándose en lentas y claras
geometrías…]
los contornos, que hoy
fueron planos, se van,
de a poco, emsanchando
ganando espesor,
tomando, como se dice, cuerpo,
en los golpes certeros, nítidos,
de otro cuerpo no menos real
de parches, metales y maderas.
Vemos desde estos
muros de presente,
un pasado de cimiento
y lo que parecía,
al principio,
superficie lisa,
se va, y como todo,
de a poco,
metaformoseando,
llenándose de poros,
granulándose
abriéndose en grietas,
arrugas…
vestidos de fiesta
del tiempo…
Por momentos
los metales
dibujan,
desde un grano
cualquiera
de instante,
filosos artefactos
y cortan,
aún más profundo
al silencio
que insiste
como buey
en ventilar
esta fábrica
cansada
de ataques
vapores
resonancias
secretos
gritos
ecos…
[de esta selva
de eventos,
renovada,
nace, de voces,
la caña de plata]
Tu noche murió
dejándo imagines
demoradas
en la retina
de tus mil ojos,
los tigres que soñaste
arañan ya la mañana
multifónica de tu rostro
iluminado…
encuentro de voces
antiguas
ronda
y acuerdo…
Lago-sonido,
permanencia
simposio
encuentro sin leyes
ni verdades,
desinencia mansa
interminable,
reverso del ser
forum
locus
convergencia,
si se quiere,
y por qué no
también:
Aleph…
Los astros
de tu voz
se alzan,
unos sobre otros,
acrobáticos,
lustrosos,
múltiples,
sobre metales
de esperas…
-puentes del tiempo
entre islas de instantes-
un ámbar arenoso de base,
violeta y carmesí
entrelazados al medio,
y un índigo intenso
en la cima,
-Sol que le dicen-
explosión
quemadura
límite
llaga
ceniza
silencio…